sábado, 26 de diciembre de 2009

A mi mami en un dia como hoy

Mami, dentro de mi euforia por reinventar mi vida he olvidado algo tan importante, lo he evadido como se evaden los obstáculos en una carrera de atletismo, tal como se evade aquello que si recordamos sabremos que tocará una fibra de dolor que desata la catástrofe. Espero perdones que a ratos parezco olvidarme... porque un dia 26 de diciembre te fuiste y nos dejaste disgregados aca por tu ausencia, sin esa presencia maternal y matriarcal unificadora que nos acompañó por el transcurso completo de nuestras vidas.
Pero no te olvido, no te olvido mamá porque eres parte intrínsica de mí y de todo lo que como familia somos. Tu nos diste el toque que nos permitió ser lo que somos, te preocupaste junto con mi tatita y nos hicieron a cada uno lo que hoy somos, con nuestros pros y contras. No te olvido porque estás en cada cosa que hago, porque eres parte de cada recuerdo y de cada momento de alegria que disfruto. Gracias a tí hoy puedo decir que estoy viva, fui criada por tí, asi como tu criaste también a tus hijos. Eres un ejemplo de esfuerzo y perseverancia mamá, y una prueba de lo que el sacrificio y el amor logran. Pero hoy me entrego a las ganas de vivir, a las ganas de experimentar lo que es vivir la vida con un poco más de optimismo y de creer que las amistades y las cosas buenas de la vida sí existen.
Hoy es un día que marca lo que ocurrió hace un año, pero mi mente no se conforma recordando lo doloroso solamente, sino que trata de contentarse con la felicidad de haberte tenido y de saber que la vida continúa sí o sí. Espero estés junto a Dios en este momento disfrutando de la felicidad y vida eterna que tanto mereces, junto también a mi tatita, y que desde ese hermoso aposento nos cuiden, guíen y protejan porque eso siempre lo necesitaremos.
Te amo mami, siempre te amé y siempre estarás impresa como un sello dentro de nuestras vidas. Te extrañamos también, cada cosa tuya era increíble, es tan increíble recordarte, tanto amor, tanta magia, tanta preocupación. Gracias por todas tus enseñanzas, gracias por cada lección de vida que nos diste, gracias por existir con nosotros. No me gustan los adioses, pero me conforma haber estado en el momento en que de alguna forma nos dijiste adios, adios a una compañía física, pero en mi interior prefiero abordarlo como un hasta siempre.
Espero que desde tu nueva perspectiva eterna puedas perdonar los errores que he cometido desde que ya no estás y quizás mi insuficiencia en mantener esta familia unida como solo tú lo hacias, y espero nos des la fuerza para seguir viviendo y afrontar las adversidades. Te pido nos cuides desde tu eternidad y nos des fuerza, sobre todo a los que han quedado más débiles y a los que suelen flaquear más en sus fuerzas. Te amo mamá, y para mí nunca te fuiste, solo dejaste un cuerpo que se hacía muy pesado para todo lo que tu alma podía dar, por lo tanto aún vives y por siempre seguirás viviendo junto a cada uno de nosotros, tus hijos, tus nietos, tu familia, que siempre te recuerda y te ama en cada fibra de su ser. Y, es así, como a través de la muerte, hace un año atrás ya, te volviste inmortal, de modo que tu hermosa compañía nunca se extinga ni se apague.

No hay comentarios: